Home Featured La pipa de shisha une a los jóvenes árabes de Míchigan

La pipa de shisha une a los jóvenes árabes de Míchigan

0
La pipa de shisha une a los jóvenes árabes de Míchigan



Se dice que el narguile —también conocido como shisha, argileh o cachimba— tiene su origen en India o Persia. En estos días, su uso predomina en especial en el Medio Oriente, pero cada vez hay más salones en ciudades como París, Tokio y Nueva York. Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que estos establecimientos hayan proliferado en todo Dearborn, donde “de verdad se siente como estar en una extensión del mundo árabe”, opinó Farah Al Qasimi, quien tomó las fotografías para este artículo.


Fumar narguile sigue siendo una piedra angular cultural para muchos estadounidenses de ascendencia árabe, a pesar de que están bien documentados los riesgos para la salud del consumo de tabaco. “La creencia popular generalizada es que fumar narguile es una alternativa más segura”, comentó Mary Rezk-Hanna, profesora adjunta de la Escuela de Enfermería de la Universidad de California, campus Los Ángeles, quien investiga los efectos vasculares de los productos del tabaco. Según Rezk-Hanna, en realidad, las sustancias químicas del humo del narguile son similares a las del humo de los cigarros.


Rezk-Hanna también comentó que muchos salones de este tipo en Estados Unidos están ubicados a menos de cinco kilómetros de un campus universitario, lo cual podría contribuir a su popularidad entre los jóvenes. Además, las investigaciones han demostrado que los productos de tabaco aromatizado o saborizado, como el narguile, facilitan la iniciación, en particular entre los usuarios más jóvenes.


Como muchos jóvenes de Dearborn, Marrim empezó a fumar narguile cuando estaba en la secundaria. A pesar de los mensajes de salud pública con los que la bombardearon durante toda su infancia, ella aseguró no estar tan preocupada por los peligros del tabaco para la salud.



Sin embargo, sí luchó con la culpa, la vergüenza y el miedo porque su madre solía decir que era haram y aib —prohibido y vergonzoso— que las mujeres fumaran. Según Marrim, quien sale fotografiada aquí frente al anuncio de una tienda de todo por un dólar en Dearborn, si su madre le hubiera advertido sobre los riesgos para la salud, “probablemente le habríamos hecho caso”.




No obstante, Marrim también percibió un fuerte sentido de liberación y comunidad. Recuerda cuando tenía 13 años y fabricaba en secreto narguiles con botellas de agua con su primo. “A esa edad quieres tener secretos. Quieres rebelarte un poco”.






Una mujer joven lleva una blusa negra traslúcida de manga larga anudada con un lazo parte delantera, pantalones cortos negros y está sentada en un salón de narguile. Sostiene el extremo de una larga manguera de plástico transparente y una nube de humo flota junto a su cabeza.



Aunque los adolescentes de hoy no tengan el mismo acceso legal al narguile que ella tuvo, Marrim cree que seguirán hallando la manera de fumar. “Los chicos rompen las reglas… así es el mundo”, dijo. “Todos éramos chicos y lo probamos por primera vez”, agregó. “Más vale hacerlo en la seguridad de un salón”.